ARQUITECTURA
ES VISIÓN (¡TODO ES ARQUITECTURA!)
Texto pedido para su publicación en la USMP, Lima (Perú), con motivo de la conferencia del mismo nombre el año 2008.
En un país muy muy lejano, un pequeño arquitecto con apenas 22 años se convirtió en el arquitecto más joven del reino. Por aquel tiempo empezó su primera casa, ya con una aproximación a lo medioambiental y a la sostenibilidad, cuando la palabra “ecología” ni siquiera aparecía en la prensa. Con consideraciones sobre energías alternativas, fue este el primer edificio solar-pasivo de su joven generación (casa Gonzalo, Sigüenza, 1983-85). Eran tiempos en que tuvo frecuentes encuentros y largas conversaciones personales en Viena con algunos arquitectos visionarios de la corte austro-húngara, Hans Hollein (sobre quien desarrolló su primera tesis doctoral), Rob Krier, Gustav Peichl, y otros que naturalmente influenciaron sus primeros pasos.
Texto pedido para su publicación en la USMP, Lima (Perú), con motivo de la conferencia del mismo nombre el año 2008.
En un país muy muy lejano, un pequeño arquitecto con apenas 22 años se convirtió en el arquitecto más joven del reino. Por aquel tiempo empezó su primera casa, ya con una aproximación a lo medioambiental y a la sostenibilidad, cuando la palabra “ecología” ni siquiera aparecía en la prensa. Con consideraciones sobre energías alternativas, fue este el primer edificio solar-pasivo de su joven generación (casa Gonzalo, Sigüenza, 1983-85). Eran tiempos en que tuvo frecuentes encuentros y largas conversaciones personales en Viena con algunos arquitectos visionarios de la corte austro-húngara, Hans Hollein (sobre quien desarrolló su primera tesis doctoral), Rob Krier, Gustav Peichl, y otros que naturalmente influenciaron sus primeros pasos.
Pero pronto fue
descubriendo la obra que en el mismo momento aún estaban haciendo artistas como
Donald Judd o Sol Lewitt. Así, en contraste y al margen del realismo que el establishment local determinaba debía
hacerse en arquitectura, su fascinación por introducir la geometría pura, la abstracción neutra y el ritmo homogéneo en la
arquitectura le hizo construir también el primer edificio —de la mencionada
generación, que por entonces todavía no tenía ni 30 años— de lo que se ha
llegado a tildar como minimal (escuela de FP, Montgat, 1986-87).
Sin embargo, curiosamente —siempre
sin dejar su interés por que sus edificaciones respondiesen también a la
constructividad y funcionalidad aprendidas en su ciudad natal— cuando aquella
tendencia arquitectónica reduccionista empezó su difusión universal, necesitó
introducir en su quehacer cierta dinámica,
expresividad y color desmarcándose de nuevo de la Sachlichkeit, de la objetividad y materialidad, de un chato
racional-funcionalismo que dominaba su entorno, especialmente en los años
ochenta, debido al rigor inmanentista de la así llamada Escuela de Barcelona. En
esta línea de mayor plasticidad llegó a construir una casa que a la vez fue de
nuevo el primer edificio de su propia generación en introducir cubiertas como plataformas verdes vegetales:
cubiertas con plantas vivas junto a otras condiciones solar-pasivas (casa Gómez, Almerimar, 1993-95). Hasta que sus trabajos con cubiertas verdes le llevaron a crear el
Green Barcelona Project (1995-98), presentado en su momento al alcalde de Barcelona.
Mientras, en los comienzos
de los 90 empezó a atraerle de manera consciente lo surreal, quizá en lógica consecuencia de cómo lo simbólico lo ha percibido siempre
latente, descubriendo que esta subjetividad y metafísica introduce mayor riqueza en la arquitectura. Algo que no
está lejos de su admiración también por la obra de Antoni Gaudí, el arquitecto
visionario más grande de toda la historia, que le permitió escribir algunos
libros y artículos sobre él. Con independencia de que en sus años en la escuela
de arquitectura (en Barcelona, no en Sidney...) jamás escuchó referencia
gaudiniana alguna. En cambio desde la ventana de su habitación veía crecer día
tras día la Sagrada Familia, con sus torres que son como una epifanía de la
arquitectura. Así fue pasando su vida, a la sombra de sus espacios, por sus
alrededores o en el parque Güell, viendo por las calles de manera cotidiana
obras como la casa Batlló, la casa Milà, la casa Figueras, etc. Y fueron las
palabras que el héroe del organicismo le escribió de su puño y letra, Bruno
Zevi, otro argumento para la expresividad, la dinámica y lo simbólico en su
pensar y hacer: “Deseo y le deseo que excluya la simetría, que estaba bien para
Franco. Viva Antoni [Gaudí]!”
Y otras consideraciones
sobre tal organicismo le llevaron al entendimiento de que el surrealismo es la
única vía de redención de la obra de Santiago Calatrava (sobre quien publicó
otro libro e hizo su segunda tesis doctoral, esta vez en historia del arte),
manteniendo también con él diversos encuentros y conversaciones personales. En
este sentido, la ciudad donde Santiago Calatrava construyó su primer puente y
su primera torre, resulta ser la misma ciudad de Antoni Gaudí, donde Salvador
Dalí descubrió que “el futuro de la arquitectura será blando y peludo o no será”,
donde Alberto T. Estévez fundó la ESARQ (UIC) el año 1996, que Francisco Javier
Barba Corsini calificó de “escuela emocional”, nueva escuela generacional, en
reacción a la Escuela de Barcelona. Pues, quizá no sea una coincidencia que en
esa misma ciudad empezase el año 2000 la real aplicación de la genética a la arquitectura: con la
creación del primer laboratorio de arquitectura genética del mundo, con el
primer laboratorio de producción digital en una escuela española, con la
creación del primer programa de postgrado sobre estos temas, el Máster y
Programa de Doctorado “Arquitecturas Genéticas” y “Arquitectura Biodigital”.
La gran fascinación viene
del entendimiento del fuerte potencial
del mundo natural si se trabaja con el ADN como si fuese un “software natural”, y las grandes
posibilidades del mundo digital si se trabaja con software como un “ADN digital”. Todo esto le llevó a investigar
en genética objetivos propiamente arquitectónicos, por ejemplo su Genetic Barcelona Project (1ª fase, 2003-06
/ 2ª fase, 2007-10 / 3ª fase, 2011-14), que ha comenzado la creación genética
de plantas bioluminiscentes para uso urbano
y doméstico: la primera vez en la historia que genetistas trabajan para
arquitectos. O también tratar con el control genético del crecimiento, haciendo
crecer células vivas como material para la construcción, ilustrado con el Pabellón genético de Barcelona (Ceci n’est pas un pavillon), Barcelona,
2007: reforma genética, blanda y comestible del Pabellón alemán de Barcelona Mies van der Rohe. Igualmente trabaja
desde el año 2000 en la investigación de las nuevas tecnologías digitales CAD-CAM
para la producción real a escala 1:1 de arquitectura. Esto tiene especiales
posibilidades de investigación colaborando con los arquitectos que participan
en el mencionado Máster y Programa de Doctorado (Mark Burry, Bernard Cache,
Karl S. Chu, Dennis Dollens, Evan Douglis, Mark Goulthorpe, Michael Hensel,
Neil Leach, Kas Oosterhuis, François Roche, Lars Spuybroek, Mike Weinstock, etc.).
Investigación también reflejada en su propia obra (consultorio médico G., Barcelona, 2008; Pabellón biodigital de Barcelona, Barcelona, 2008-09; Rascacielos en el frente marítimo,
Barcelona, 2008-09; Sporopollenin house,
Barcelona, 2009; etc.). Culminado por las definiciones que ha publicado en
libros y artículos sobre el organicismo digital
como la primera vanguardia del siglo XXI.
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