viernes, 25 de abril de 2014

Hans Hollein


Hans Hollein ha muerto, y rápida se ha propagado por prensa y redes la noticia, en este mundo del descerebrado copy/paste, celebrando sus obras de mayor tamaño, e ignorando que lo que pensó y dibujó más pequeño fue precisamente lo más relevante para la historia de la arquitectura.

Justo hará 30 años que me recibió por primera vez en Viena, tras 9 meses de implacable persecución, en que conseguí por fin derribar el muro de su infranqueable secretaria. Esta concluyó espetándome un seco “Sie sind so lästig, Herr Estévez, ich möchte Sie nicht wieder sehen”: exquisito reflejo del famoso carácter y (mal)humor que se gastaba su jefe. Sin embargo, apenas 7 años después se convirtió en un reconocido “wiedersehen”, al transmitirme como Hans Hollein decía que mi tesis doctoral era lo mejor que se había hecho sobre su obra. Claro que esto acabó propiciando que me contratase como profesor en su aula vienesa, ya deconstructivista, exactamente donde hoy enseñan las estrellas de la arquitectura digital, Zaha Hadid, Greg Lynn, Hani Rashid.

Ahora son las palabras “Alles ist Architektur” que le dieron fama los titulares más copiados de un medio al otro. Me lo imagino con su especial sonrisa, divertido, al ver como hasta después de muerto ha llegado a silenciar que fue Le Corbusier el que publicó decenios antes “Tout est architecture”, pues pocos han leído la página 114 de “Al margen: escritos de arquitectura”. Por mi parte, sigo inaugurando los cursos académicos con ese lema escrito en mi camiseta, elegida para cada primer día como el mejor comienzo.

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